jueves, 19 de agosto de 2010

Nuestra misión... para evolucionar.



Una de las grandes misiones que tenemos como humanos es encontrar a esa otra parte que es de nosotros y a la cual, a su vez, pertenecemos, porque el alma gemela es uno de los factores que más ayuda a los seres del universo para su evolución.

La existencia de una energía complementaria es una realidad que no debe ser considerada como un producto de los cuentos de hadas, porque no lo es.

¿Cuántos de nosotros no hemos sentido un vacío o una necesidad de encontrar "algo"? Es una nostalgia que se experimenta en nuestro espíritu que nos dice que necesitamos unirnos a esa otra mitad para funcionar con toda la fuerza con la que fuimos creados desde un principio.

Es necesario que al menos tengamos la conciencia de que en algún lugar del planeta o del universo existe ese ser que nos hará vibrar, que nos está esperando, nos está amando como somos y, que al igual que nosotros, anhela nuestra presencia.

Tenemos que poseer esa claridad en nuestro corazón: somos dos seres que antes eran uno sólo y debemos lograr esa reunión para alcanzar la felicidad que todos merecemos gozar.

Por ello, los Maestros de Sabiduría siempre enfatizan que es muy importante que sepamos esto, porque a partir de que seamos capaces de hallar a ese complemento tendremos la fuerza necesaria para luchar contra todo lo que debemos de sacar de nuestra vida y así transformarnos en seres que únicamente buscan la felicidad y el amor.

Si nosotros desde un principio de la humanidad hubiéramos buscado a esa persona para solamente celebrar uniones con el ser adecuado, este mundo sería completamente diferente porque los hijos de esas parejas serían seres muy equilibrados, con un nivel muy alto de evolución.

Esto es porque cuando se nace en parejas que no son las adecuadas, los hijos llegan ya con muchos problemas emocionales y físicos, que por lo general son debidos a que sus padres no comparten una misma energía y ellos no pueden asimilar esto en sus cuerpos.



¿Cómo reconocerla?

El saber con claridad que estamos frente a la persona que tanto hemos esperado es algo que sólo nuestro corazón nos dará, por lo que únicamente debemos de escucharlo a él

Pero debemos saber que todos podemos tener enamoramientos, atracción o asimilamiento de energías y, como nuestra mente es demasiada hábil, con una sensación de paz o algo confortable el cerebro nos puede mandar muchas órdenes o reflejos que nos hagan sentir que realmente esa persona es nuestra alma gemela, aunque no lo sea.

En cambio, cuando realmente estamos vecinos al verdadero amor, se experimenta una reacción que nunca hemos sentido con ninguna otra persona.

Algunos de los síntomas son que nos podemos sentir incómodos, extraños, ya que estamos dando pie a una vibración demasiado alta, por lo que al mismo tiempo experimentamos una sensación muy especial.


Sobre todo porque hay gente que no ha logrado asimilar esa energía y no han querido investigar qué es lo que han sentido y han dejado ir a su alma gemela, sin haberla olvidado nunca, pero no tenían esa conciencia de que tenían que provocar un encuentro.

Es importante estar atento ante estas emociones, porque podemos sentirnos muy atraídos hacia alguien, pero siempre será el mismo tipo de enamoramiento; eso quiere decir que es un sentimiento conocido y que no es la persona adecuada.

Con el verdadero amor todo sentimiento será muy diferente a los que hayamos vivido antes.



Desde la creación

El querer entender por qué de una sola alma partieron dos seres, es como querer comprender cómo fue la creación del universo.

Esto es algo que tu corazón entiende muy bien y lo asimila perfectamente, pero que quizá es difícil que tu mente lo entienda.

Los Maestros lo explican así: cuando fuimos creados como seres éramos una sola energía pura que fue generando dentro de ella, en lo mas profundo y puro de su centro, su corazón, una nueva energía. Pero para crearla tuvo que dividir su corazón y convertirse en dos seres con diferentes personalidades.

Es por eso que se trata de una misma energía que por una necesidad de amor, de tener otra parte similar que le diera todo el cobijo que como almas necesitamos, decidió dividirse en dos.

Entonces, cada uno de esos seres se fue por diferentes caminos de evolución, hasta que llegado el momento se tienen que volver a reencontrar.



La grandiosidad del encuentro

Algunos consideran que el alma gemela puede ser una persona que es muy afín a nosotros, en un plano amistoso, pero no es así.

El alma gemela es solamente esa persona que te corresponde con el amor sublime que se genera en la pareja.

Es una de las cosas que los Maestros tienen mucho interés en que sepamos, que realmente todos tenemos otra parte que debemos que encontrar como parte de nuestra misión.

Lo más bello de ese reencuentro es que desde el momento en que se juntan se crea una energía grandísima.

Ésta sólo se genera cuando nos unimos por fin con nuestro complemento, con esa otra fuerza que nos corresponde para lograr el equilibrio en todos los aspectos, tanto físico como espiritual.

Dicha enseñanza se nos ha dado en la Tierra desde la antigüedad a través de varios Maestros, fue entonces como nació la historia de Adán y Eva, que es una alegoría de las almas gemelas.

Ella nos habla que Dios creó a Adán, quien por su misma necesidad de tener una compañera le pidió que le diera otro ser parecido a él para que lo amara. Así hizo a la mujer, pero tomándola del mismo cuerpo o energía de Adán.

Ésta fue una de las formas en que los Maestros nos dijeron desde el principio de la creación que existían seres que se dividieron y uno a otro se crearon para ser dos humanos con diferente esencia, pero que partían de una misma energía.

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