
Como todos sabemos, venimos a la Tierra con un propósito concreto y una misión de servicio. Nuestra función es única, no existe otra persona en el mundo que pueda realizar nuestro aporte. Por eso la presencia de nuestra Alma Gemela es fundamental. Porque nuestra misión y la suya son sincrónicas, se articulan de manera armónica, son absolutamente complementarias.
Para poder expresar nuestro Yo en todo su potencial, lo necesitamos junto a nosotros, juntos alcanzamos un desenvolvimiento que jamás lograríamos alcanzar por separado. Ambos desean crecer espiritual e intelectualmente, a nivel personal se identifican, se incentivan.
Sienten la necesidad de conversaciones largas. Aprenderán a aceptarse , respetarse y quererse como son. El estado de ánimo de uno se refleja en el otro como un espejo. Estar preocupado por el otro, sentir que está bien o mal es una situación normal, pues todo lo perciben y lo intuyen del otro.
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